Todo o Nada, Rojo o Negro, Par o Impar, Cruz o Cara;
aunque pareciese increíble, esta era mi última jugada.
-Disculpe, ¿qué estoy haciendo yo aquí?
-Apostar, está usted jugando ahora mismo.
-¿Pero cómo? si ni siquiera tengo dinero.
-Es su vida la que está en juego, caballero.
Y así me encontré de repente por sorpresa,
Con mi vida apostada a una carta sobre la mesa.
-¿Qué ocurre si me retiro y abandono?
-Entonces usted se queda sin nada.
-¿Y si me quedo pero pierdo la jugada?
-Entonces usted lo pierde todo.
Sin más opción sobre el tapiz que una sóla carta,
me encontré yo entre una pared y una espada.
Todo o nada...el crupier levanta su carta,
se hace el silencio, tiene una Jota la banca;
cierro los ojos, respiro fuerte, levanto la mía...es una Dama.
-Usted gana la apuesta, ¿va otra vez caballero?
-No, gracias, esta ha sido mi última jugada.
Me marcho para siempre, quédese con el dinero,
sólo quería recuperar la vida que un día me fue apostada.
Ha sido un placer, tráigame el abrigo, le regalo mi sombrero.