jueves, 22 de enero de 2015

Querido año

Sé que serás conmigo tan cruel como el pasado,
que no vas a perdonar mis errores.
Sé que golpearás tú primero sin que lo espere,
que no esperarás a que me levante.

No te preocupes, aquí estoy, acepto el pacto;
puedes cubrirme entero de temores.
Podrás fundirme como se funde la nieve,
y evaporar el agua que de mí se derrame.

Pero no olvides que así me habré elevado,
hasta donde el cielo pierde los colores,
para convertirme gota a gota en nube que viene
a descargar vida sobre tu fuego infame.

Teme; el otoño siempre vuelve:
la lluvia, húmeda esperanza,
gota a gota, golpea más fuerte
que el hierro de tu alabarda.