La distancia que nos vuelve a separar,
es como una brecha en el universo,
por la que se caen los cometas al
pasar,
dejando tras de sí estelas de
recuerdos.
Los momentos que compartimos,
son como noches de luciérnagas,
donde brilla todo lo que vivimos,
como puntitos en la oscuridad.
Los abrazos, las sonrisas y las
lágrimas,
están a la altura de las miradas, los
silencios,
que se condensaban sobre nuestras
ánimas,
y parecía que detenían las agujas del
tiempo.
Pero te has marchado, ya no estás.
Quién sabe cuando, quién sabe donde,
solo me queda la esperanza de esperar,
que vuelvas pronto, que no me
abandones.