Valor

Existió en un día un tirano que infestó una tierra pura,

por la que corría el agua cristalina impregnada de vida.

El velo del terror cubrió aquel lugar sin misericordia,

y el Sol se marchó asustado, cayendo una oscuridad eterna

cuando se apagó la llama de la esperanza en la última casa.

Una espada sostenida por una joven alma por su empuñadura,

se levantó del suelo con la cabeza alta y la vista perdida.

Cuenta la leyenda que guardan los hombres en su memoria,

que se dejó la vida en la orilla del mar en una tarde gris y serena,

pero despertó el aliento de un pueblo que luchó en su batalla.

El caballero de Roble

Como la hoja marchita que acaricia el viento de otoño,

cayó la espada de aquel hombre en medio del silencio.

Junto a ella, sobre una cama de amarillas hojas,

como la vela a media noche, se apagó una mirada.

Desde entonces crece un roble entre hiedras

con el tronco dolido pero de porte frondoso,

sobre el que hay escrito con amor firme y recio:

“Aunque de lo que más quise esta vida me despoja,

nunca podrá privarme de haber sido tu amada,
por más que el mundo se oponga y Dios no quiera”

Octubre

Aquel puente que separaba lo que nuestros ojos vieron de lo desconocido, 

que puso espacio entra la primavera y el otoño, entre mayo y octubre,

que un día nos atrevimos a cruzar llegando al otro extremo del río,

Y que nos llevó juntos de la mano hasta aquel final tan merecido:
tu sonrisa en mis ojos con las hojas caídas al fondo de color herrumbre

Siéntate a mi lado

Siéntate a mi lado, aquí, conmigo, pero que nadie lo note, como si nos acabásemos de conocer...

Apoyado en el marco de la ventana

Apoyado en el marco de la ventana,
cielo en la noche oscura,
lloran las estrellas de dolor;
la luna, ebria de penas, llora por mi amargura,
poeta sin lágrimas,sin rumbo ni color,
versos fríos ya sin recordar de tus labios el sabor...
sueños que se rompen cuan espejos
en mil pedazos que se hunden en el mar,
quedando en el fondo como reflejos
fruto de la pasión hecha trozos de cristal.
Es ya mi amor hora de partir,
sin camino por donde pueda ya vagar,
con la esperanza ya tan solo de morir
sabiendo que supiste lo que es amar;
amar,como yo te amo mi cielo,
sin barreras ni fronteras en el corazón,
sentimiento puro de irrevocable pasión,
incapaz de helarse con el mas frío hielo...
Apoyado en el marco de la ventana,
ruego al cielo tenerte un segundo más,
para decirte cien veces te quiero,
y por fin sentir tus labios en mi alma,
pues juro por tí mi vida, no te dejaría escapar...
Hacerte sentir amada en un arrebato de pasión,
hacer el amor hasta la luz del alba,
sentirte apoyada de nuevo en mi pecho,
notar el latir agitado de tu corazón,
recorrer juntos el camino estrecho...
susurrarte al oido cuanto te amo...

Escalofrío de un recuerdo

Dicen que toda historia tiene un comienzo y un final, y que el final de una no es más que el comienzo de la siguiente. Con el paso de los días los recuerdos de un tiempo pasado se van congelando en la memoria de los que los vivieron como las agujas de un reloj bajo el frío abrazo del hielo en un invierno perpetuo.

Todos tenemos algún pedazo de hielo en lo más profundo de nuestro ser que nos acompaña allá donde vamos y que siempre está presente, y muchas veces merece la pena ser contado...

Bienvenidos al reloj de invierno, donde el tiempo se detiene en sus heladas agujas que marcan miles y miles de recuerdos...