-¿Y si la pesadilla se tornase en sueño?
-Entonces sería un cuento con final feliz.
Dijo él mientras la miraba con anhelo.
-Sería bonito cambiar lo malo en cada matiz.
Murmuró ella echando la vista al cielo.
Pasaron unos segundos interminables
y él le respondió seguro y decidido.
-Entonces querida mía ¿como distinguir lo loable,
de aquello que verdaderamente nos ha herido?
-Tienes razón. Sin mal no valoraríamos la bondad.
Dijo mirándole a los ojos como queriéndole susurrar,
que acaba de descubrir en sus palabras la verdad,
de por qué pasaron juntos esa noche de Navidad.
Espero que la dulzura de noviembre te acompañe todos los meses J. Y que no olvides, porque yo no lo he hecho. :)
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