Una hoja que cae es un presagio,
de que no se detuvo el tiempo,
que se mueve la vida, pero despacio,
como gira la tierra bajo el cielo.
Ella baila con el viento,
como tu pelo entre mis dedos,
suave como tus besos.
Se posa sobre el suelo de mármol,
mientras me viene a la memoria,
viendo tu sonrisa y el nombre del árbol,
que ya te he contado esta historia.