Tengo miedo, para que lo voy a negar,
al ver abiertas las puertas del averno,
pues nunca imaginé volver a este lugar
y se apodera de mí el mayor miedo.
Pero aún no está escrito el final
que me condene al fuego del infierno.
El viento es aliado, deja respirar,
mientras caen ángeles del cielo
Uno vuela a mi lado para luchar,
sin más armadura, escudo o acero,
que una voz con la que susurrar,
mirando al miedo: vete, no te quiero.
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