Ay Noviembre, tú y yo, una vez más.
Qué historia la nuestra, ¡si supieran!
Pero no lo saben; es nuestra intimidad
la que guarda celosa en una pecera,
trocitos de mar tras el fondo de un
cristal,
un montoncito de arena y piedras,
y muchos momentos que recordar:
un día fuimos peces de colores en el
mar.
Si la vida me hubiese dado un océano...
pero tengo una pecera donde aún puedo
soñar.
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