Te rezo a ti, que siempre fuiste
benevolente.
Una vez te pedí que curaras mis
heridas,
y hoy te ruego que salves unas vidas.
Hoy te lo pido como alguien que te
quiere.
Solo de pensar en el final ya me duele.
Te lo suplico, mantén la esperanza viva,
y yo celebraré en tu mes cada uno de
sus días.
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